No Pasa Nada en Madrid
viernes, 4 de mayo de 2012
España, te voy a echar de menos
Hemos cumplido los momentos buenos y los momentos de desacuerdo. Llegue aquí nerviosa de hablar tu idioma, navigarme en tus muchas calles y conocer a tu pueblo. Pero a lo largo de nuestros cinco meses cortos juntos, nos hemos conocido. Me has regalado una lengua rica y útil, unos relaciones que a lo mejor van a durar toda la vida, el sentido común de un madrileño y los conocimientos de una historia larga y tumultuouso. Las imágenes del Catedral de Toledo, el acueducto de Segovia, la Alhambra, la Sagrada Familia, Park Güell y el Palacio Cristal del Retiro, además las de Goya, Dalí, Picasso y Velázquez voy a guardar para siempre.
Los sentimientos de cumplir la carrera en el Retiro, explorar los puestos del Rastro, ver los desafiles coloridos de carnaval en Tenerife, remar un barco en Casa de Campo, subir la colina de cuevas habitadas en Granada y regatear con los vendedores de zumo en la Boquería de Barcelona nunca cambiaría.
La madre que me aceptó en su familia, la estudiante agradable en la facultad de derecho en la Universidad Autonoma, el hombre en el café en Barcelona y los compañeros de piso que han tenido mucha paciencia con mis errores de español me han dado relaciones y memorias para siempre.
Hemos tenido unos choques y unos desacuerdos, pero lo que me has dado ha sido una experiencia de la vida.
Gracias España, hasta luego.
Aprender a consecuencia de necesidad
Una Cena Antisocial
Durante todo mi crecimiento, mi familia tenía la cena todos juntos en el comedor cada noche. Hablábamos de como habían estado nuestros días, los sujetos nuevos en la escuela, y conforme nos convertimos más mayor mi Herman y yo, las políticas, la universidad, etc. Cuando éramos pequeñas, mi hermana y yo esperaría a mi padre mientras mi mamá cocinaba, y cuando llegó, comeríamos.
En España, por lo menos en las familias que he observado, esto no es el caso. La familia que visito cada semana pone la mesa para la cena en la mesita baja de la sala, inmediatamente en frente de la tele. Las niñas se sienten en el suelo, sus ojos pegados a la pantalla mientras mastican. También, en mi piso de siete personas, nadie come en la mesa, todos en frente de la tele. Además me parece que a ellos les da igual lo que ven, a veces es las noticias, otras veces MTV, otras los programas de juegos.
Supongo que esta tradición tiene orígenes de la tradición de una comida grande para el almuerzo, pero la mayoría del tiempo hoy en día, la familia no comen el almuerzo juntos a causa de todos sus horarios y distancias diferentes. Me pregunto cuando hablan de las cosas de que hablaba mi familia cada noche durante la cena.
Un Desacuerdo de Sabor
Cuando salí del país para la primera vez este semestre, me di cuenta al regresar que a mí no me gusta la comida española. Puede ser que no vivo con un español que cocina en la manera típica, pero la falta de verduras y picante, el predominio de pan y comida en jarras y el hecho que mucha de la comida se free crea una comida que no es para mí.
Hay unas excepciones - me encanta tostada con tomate y aceite, por ejemplo. Y no quiero decir a todos los españoles que su comida es fatal, sólo que prefiero otras comidas. Pero cada vez que he mencionado esto - y no estoy buscando una discusión - cada persona española en la proximidad inmediatamente comienza a discutir porque sí es lo mejor - "la diversidad," discuten, "toda la buena carne." ¿Cómo puede ser que no le gusta a alguien? No estoy segura que si están defensiva de su país y su cultura o si de verdad a todos los españoles les encanta la comida, pero en mi caso es mejor evitar el sujeto de la comida en general.
jueves, 3 de mayo de 2012
Las Muchas Lenguas de Marruecos
Unos minutos anteriores, en la ciudad cercana de Moulay Idriss, nos encontró un chico de más o menos nuestra edad que ofreció ser nuestra guía, otra vez en inglés. Descubrimos que su español era mejor, así esta vez la gira era en español, pero este chico también hablaba por lo menos cinco idiomas. Y nunca había viajado a Europa.
En Marruecos, en cada ciudad con aún la posibilidad de tener unos turistas, las personas tienen que hablar otras idiomas para sobrevivir. Aún el conductor del taxi, que no tenía dientes y no parecía muy educado en francés, habló un poquito de inglés. En la ciudad de Chefchaouen, que tiene muchos turistas, había hecho un error y hice la reserva para el día después. El hombre muy simpático del hostal nos trajó a un hotel donde conseguimos una habitación muy bonita con una cama rey, una zona de relajar y su propio baño para menos que íbamos a pagar en el otro. ¿La diferencia? El dueño de eso no habló otras lenguas. Para ellos, es crítico que hablan por lo menos tres o cuatro idiomas porque es seguro que el dialecto de Berber que hablan en casa no va a ayudarlos con sus clientes.
El chico que nos sirvó el desayuno nuestro último día en Tanger habló seis lenguas, y su español y inglés eran casi perfecto. Si el chico que está sirviendo el desayuno habla seis lenguas, ¿cómo son los hombres de negocios de Marruecos? Nuestro conductor al aeropuerto nos preguntó como fue el viaje y estábamos recontando todo lo que habíamos aprendido en su país. También estábamos hablando de la economía y las políticas y que vamos a hacer después de la universidad y él nos dijó que si hablamos otras lenguas, vamos a estar bien. Aunque él sólo era un conductor de taxi en Tanger, lo creí, y ahora tengo otros idiomas en mi futuro por seguro.