viernes, 23 de marzo de 2012
La Rubia
No parezco como una española - tengo el pelo muy rubio y los ojos muy
azules y la piel muy pálida. Estas características individualmente no
eliminarme inmediatamente de las españolas, pero juntas, y más mis
maneras americanas, me revela como la que verdaderamente soy: una
estadounidense que no habla mucho español. Pero acá es donde los engaño,
porque aunque no entiendo 100% de lo que dicen las personas alrededor
de mi, sí entiendo la mayoría. A veces es muy frustrante cuando la
gente ve mi cara e intenta hablarme en ingles del principio porque, en
general, mi español es mejor que su ingles y estoy aquí en España para
aprender y practicar mi español. También, mi apariencia me hace
vulnerable a que se aprovechen de mi porque la gente sabe que no soy de
aquí. Lo peor era cuando alguien intentó a robarme en el metro (pero sin
éxito).
Por el otro lado, sin embargo, el hecho que soy
extranjera atrae las personas y las conversaciones muy interesantes. En
el tren en Colmenar Viejo un día, alguien me acercó y me pidió sí
pudiera ayudarlo con su inglés, porque hay poca gente allá que lo habla.
La pregunta ¿de dónde eres? es una manera muy fácil para empezar una
conversación.
Así hay positivos y negativos de una
apariencia extranjera, pero una cosa es cierta - hace una diferencia en
mi experiencia en Madrid.
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