En los EEUU cuando sueña
mi móvil, me alegra. Significa que tengo
amigos y que quieren hablar conmigo o hacer algo conmigo. Estos días con tanta comunicación virtual,
aún la idea de hablar por teléfono está despareciendo, pero a mí me gusta
porque creo que es más fácil, más divertido y más social que enviar mensajes
todo el tiempo.
Pero en España, es
diferente. Cuando el teléfono suena,
rezo que no es el mío porque si es una persona española, las probabilidades son
bastante altas que voy a tener problemas de comprensión, y en general, las
llamadas son importantes (si no, usamos un SMS o un correo electrónico). En alguna manera u otra, he sobrevivido una
llamada del gimnasio, un número equivocado, y el proceso de activar mi tarjeta bancaría
(eso era lo peor – para navegar los sistemas de teléfono en español no es muy
fácil). Y con todas esas experiencias,
he aprendido como importante es el movimiento y la comunicación física en mi
comprensión de español. Cuando estoy en
el gimnasio, por ejemplo, seguramente hablan del gimnasio, pero cuando estoy en
mi salón, tengo ninguna idea en donde está la otra persona, así la conversación
empieza sin contexto, un lujo que he llegado a apreciar muchísimo.
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