Necesito ejercicio en mi vida para mantener la sanidad, así desde que
llegué en Madrid, he buscado maneras para hacer ejercicio (nunca he vivido en
una ciudad). Al principio, corría
durante los días pero hacía poco frio y correr con semáforos y peatones
requiere mucha paciencia. Entonces
busqué un gimnasio – y encontré uno que no era carísimo, pero por seguro no era
el gimnasio más bonito que visité. Pero
está bien porque puedo hacer ejercicio en una manera u otra, y tengo muchos
cuentos para acompañar mi tiempo allá.
Cada vez que he visitado el gimnasio ha sido una experiencia diferente y
fascinante. Me parece que las clases del
gimnasio son muy populares – hay más de 25 clases por día, de “Aquafit” a “Baile”
a “Body-Tonic.” Para comprender porque
son tan populares, he estado probando clases diferentes, y es una
aventura. Unas son mejores que
otras. En la clase de “Fitball,” por
ejemplo, la profesora nos hizo correr y rebotar las pelotas grandes para cinco
minutos (sólo podía pensar en lo que estaban pensando las personas fueran de
las paredes de cristal del estudio). Pero cuando no todas han estado ideales,
siempre es una experiencia comunal – después del episodio con las pelotas,
todas las personas en la clase eran amigos sólo a causa de esta experiencia vergonzosa.

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