viernes, 10 de febrero de 2012

La Aventura Sencilla de Ir de Compras


Después de encontré una habitación y me mudé, el próximo paso era comprar comida. Estaba muy emocionada para comprar comida para tres razones: el primero que era ahorrar dinero; para comer cada comida en restaurantes, panaderías, cafeterías, etc no es un modo de vivir que puedo sostener, tan barato como parece un desayuno para €1.80.  El segundo motivo era mi necesidad para algo comida saludable - no te confundo, el pan me encanta, pero la falta de las verduras y las frutas en los menus y las pastelerías que me atraen tan frecuentemente estaba empezando ralentizarme (por mi energía y mi estómago los dos).  Y últimamente me gusta explorar lugares que tienen una parte de la vida diaria de personas, los mercados y tiendas de comida que son unos de los lugares diarios y aparentemente mundanos.

Los supermercados de mi barrio no fracasaron interesarme y confundirme.  De la entrada los supermercados son diferentes - las puertas y consignas son muy raros en EEUU (los he vista una vez, pero en general nunca existen). Exploré los pasillos con una canasta vacía - ¿qué compran las personas españolas? ¿Y cómo?

Recogí unas comidas típicas de mi vida diaria en EEUU como yogur, fruta, y pan, pero aún unas cosas muy mundanas me confundirnos.  La leche, por ejemplo, ¡es en una caja! Y ¡no la refrigeran!  Los huevos el mismo – que extraño.  Pero afortunadamente, creo que si hay millones de personas europeas quien han sobrevivida con leche sin refrigeración, probablemente pueda hacerlo por cinco meses.  Después de vagar por mucho tiempo entre los pasillos con cantidades inusualmente grande (para mí) de pescado en latas, jamón, y galletas “Digestive,” fui al cajero para pagar.  

Pero parece que una de las cosas que pensaba era fácil no era.  Aparentemente aquí tenemos que pesar la fruta.  Paré la cola mientras corrí a la pesa y traté usarla – que idea interesante, pero nunca pensaría en eso, no sé porque (posiblemente es que es un sistema que es muy fácil para engañar). 

Después de unas visitas al supermercado, me he acostumbrado a sus maneras diferentes, pero todavía siempre es una aventura.  A veces compro cosas que tengo ningún idea en que contienen, pero por seguro existan comidas deliciosas que nunca descubriré sin tratar cosas nuevas.  Ahora cuando voy al supermercado, a veces observo lo que están comprando otras personas y trato esas cosas o compro las cosas que reconozco porque son muy comunes en los estantes de la cocina de mi piso (vivo con seis estudiantes españoles).  Aún las cosas típicas para mí son una aventura en España.

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